Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

domingo, junio 01, 2008

MI PARTICULAR DÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS

Aunque en su día me declaré objetor y no hice la mili, e pesar de que soy pacifista y nunca me he sentido atraído por ejército, y no tengo ni un ápice de vocación militar, hoy quiero celebrar el día de las Fuerzas Armadas. Ya que de la vida militar hay algunos aspectos que más que gustarme, me provocan mucho morbo.

Los soldados, por supuesto, son el primero. Es pensar en soldados e imaginarme gloriosos cuerpos, curtidos en mil batallas, salpicados de morbosos tatuajes y cicatrices. Hombres duros, machos, valientes, decididos. Me los imagino en las prácticas, en los entrenamientos, el sudor recorriendo sus músculos. y después ese ejercicio comunitario que son las duchas en las que bromean, en las que juegan, se tocan o se golpean. Puedo oler ese aroma a gel y a hombre, ese aroma que embriaga. Puedo escuchar el agua caer y golpear sobre esos cuerpos, oír la voces de camaradería que unos a otros de lanzan. Me imagino como secan sus cuerpos, frotando con fuerza su piel con la toalla, (quien fuera una) , vuelven a jugar y ahora, todavía en pelotas se golpean con la toalla (otra vez quiero ser toalla). Ahora se visten y por su piernas, todavía algo húmedas se colocan los calzoncillos, se colocan el paquete y vuelven a bromear sobre lo que cada uno marca. Ahora es la hora del desodorante, muestran sus masculinas axilas, y aunque poco poética la escena resulta morbosa, tremendamente morbosa. Hombres rapados, que cubren su hermoso cuerpo tan sólo con un calzoncillo que no hace más que aumentar el morbo y el deseo, sus torsos imponentes quedan al descubierto, en sus brazos se marcan los músculos. Esta es sin duda una de las escenas que ha marcado y sigue marcando alguna de mis onanistas noches.

Esta mañana he visto en parte el desfile conmemorativo del día de las FF.AA, no me fijaba en el paso, ni en las armas, me fijaba en los soldados y reconozco que más de uno me ha puesto, aunque eso tampoco es tan difícil, y ha evocado en mí, escenas de duchas y campamentos, de dormitorios con literas y de vigilancias a dúo o a trío. Y después como no he imaginado mi propio desfile que ahora quiero compartir.

Sirva de heterodoxo homenaje, a aquellas personas que entregan su vida por un ideal, y no es broma.