Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

domingo, febrero 24, 2008

GERVASIO DEFFER, MI ABANDERADO

Faltan pocos meses para las olimpiadas, el Comité Olímpico Español tiene que decidir aún quién será el abanderado español en el desfile inaugural. Parece claro que por motivos deportivos, la bandera española tiene que ser llevada por el gran Gervasio Deffer. Naturalmente yo no puedo hacer otra cosa que apoyar a este gimnasta. Más allá de su insuperable y envidiable currículo deportivo, hay muchos más motivos que hacen que Gervasio sea uno de innumerables amores platónicos.
El primero salta a la vista: Deffer tiene un cuerpo tan impresionante, o más incluso que sus logros deportivos. Su torso es de una intensa belleza, al igual que sus saltos roza la perfección y merece la mejor puntuación del más exigente juez. Contemplar sus brazos y sus piernas es un auténtico placer. Su rostro combina todos los ingredientes del morbo: belleza comedida, un toque de rebeldía, una dosis de ternura, un poco de ironía, un mucho de transparencia... hacen que su rostro pueda ser al mismo tiempo el del vecino del sexto y el de un inalcanzable dios del olimpo.

El segundo: aunque no lo conozco, desde que conocí su existencia a raíz de la medalla en Sidney, lo sigo, no hay entrevista a él que no lea o escuche, programa en el que salga que no vea, creo que su cuerpo y su rostro acompañan a la perfección su forma de ser, su forma de entender la vida. Un auténtico héroe hecho así mismo, superando dificultades, trampas y traiciones. Un rebelde con causa. Un ángel con algo de diablo, un diablillo con mucho de ángel.

El tercero: las dificultades que ha tenido a lo largo de su vida, en especial ese intento de linchamiento moral y de desprestigio profesional, por los restos de marihuana que encontraron en su orina.

Sobran motivos, deportivos, físicos, psicológicos, espirituales, vitales, sociales... para que Gervasio Deffer sea el abanderado de España en los juegos olímpicos de Pekín. Y aunque pierda el sentido común y la justicia, Gervasio siempre será mi abanderado.

Deseo para Deffer lo mejor del mundo, ojalá pueda añadir a su deseado cuerpo otro nuevo tatuaje y de paso ojalá yo pudiera convertirme, aunque fuera sólo por unas horas en el diabillo tatuado que lleva junto al ombligo.