Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

lunes, septiembre 08, 2008

INFAME NORIA: Superándose así mismos.


Cuando hace algo más de un año vi el estreno de “La Noria” me asombraba, cuando vi el segundo comencé a dudar y, como ocurre con casi todos productos telecinqueros, al sufrí el tercero me avergonzaba. Como la vergüenza ajena me hace sentir mal, decidí dejar de ver semejante engendro. No obstante desde que bajé de mi fugaz paseo por “La Noria” gracias a “SLQ” me mantengo más o menos informado de las tropelías que en él se comenten, y agradezco al ingenio y la mala leche de Ángel Martín mi feliz decisión.

Pero este sábado cometí un grave error que de momento ya me ha constado dos noches de incómodo insomnio. Ante mis pocas ganas de lectura y la “espléndida” programación sabática me puse a hacer zaping. Cuando el índice se posó en el inefable “5” me quede atónito al observar a tres “respetables” periodistas absolutamente fuera de sí enfrentándose a una mujer cuya identidad desconocía y “mediando” entre ambos el posiblemente personaje televisivo más cínico de los últimos años, Jodi González. Lamentablemente el morbo es más poderoso que la dignidad, por lo que accedí, a pesar del bienestar de mi conciencia y mi salud coronaria, a continuar viendo unos minutos ( ni mi conciencia ni mi corazón están para abusos) el programa, e intentar averiguar a qué se debía la tensión ambiental que allí se respiraba.

Resulta que la “señora” desconocida era Violeta Santander, novia de Antonio Puerta, agresor del profesor Neira. La tal Violeta quería ganar unos miles de euritos y como aunque evidente enferma psicológica, también se le evidencia muy lista, pensó que tan sólo una cadena como Telecinco, un programa como “La Noria” y un periodista como Jordi serían capaz de pagar a semejante personaje como invitada estelar. Y allí estaba ella dispuesta a dar su particular versión de los hechos, dispuesta a hacer gala de sus graves problemas mentales, dispuesta a dejarse insultar y denigrar (como si su actitud y comportamiento no la denigraran suficientemente), por el "mardito parné"

Violeta resultó patética, pero no menos que los tres toreros que sin piedad y sin ninguna clase la lidiaron. Violeta se define por ella misma, no vale la pena hablar de ella. Pero de Mª Antonia Iglesia, Pilar Rahola y Pepe Calabuig sí que hay que hablar. Allí estaban ellos indignados, cabreados porque Violeta sacaba provecho de la desgracia ajena, pero allí estaban ellos participando del mismo espectáculo, con el mismo grado de patetismo, de indignidad y de infamia que la propia Violeta. Jordi a lo suyo, el cinismo, la hipocresía.

Infame programa, infame personaje, infame periodistas. Patético lo que los directivos de la cadena están haciendo por un puñado de telespectadores, patético los profesionales que se prestan, o mejor dicho se venden. Patético Miguel Ángel Rodríguez felicitando a sus compañeros por la labor realizada.

Cínico e hipócrita Jordi, diciendo que ni la Iglesias, ni la Rahola quería hacer la entrevista.

Yo cuando no quiero hacer algo en contra de mis principios, sencillamente no lo hago, mis principios son más fuertes que mis contratos y supongo que ellas contratos deben tener más y mejores que yo.


Puestos a viajar en noria yo me quedo con la Paranoria de Buenafuente.


1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues, aunque estoy muy de acuerdo contigo, discrepo en tu actitud con los periodistas. Creo que estuvieron muy bien, y gracias a ellos, especialmente a Rahola e Iglesias, esta mujer no se podrá pasear más por los platós. No olvides que ya había dado entrevista a Interviu, y que la buscaban más tv. Creo que la desnudaron moralmente. Ya no podrá hacer más daño.

8:03 p. m.

 

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