Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

domingo, febrero 10, 2008

LO CONFIESO.... En ocasiones, escucho la COPE

Lo confieso, en ocasiones escucho la COPE.

No es que sea sadomasoquista, no.
No es que me guste me insulten, no.
No es que me guste estar todo el día cabreado, no.

La razón por la que en ocasiones escucho la COPE, es por así decirlo de asesoramiento ideológico. Me explico...

Cada vez que se produce un acontecimiento especial, cada vez que un político realiza una de sus divertidas y electorales propuestas, cada vez que ocurre algo importante, me gusta, como a todo el mundo imagino, formarme mi propia opinión al respecto. Pero hay ocasiones en las que el tema me desborda y no tengo ni los datos ni la información necesaria para tal menester. Naturalmente antes agoto todas las demás posibilidades, ya que mi psicoterapeuta me recomendó evitar en la medida de mis posibilidades las emociones excesivamente fuertes. Si después de leer varios periódicos convencionales, consultar los digitales, oir unas cuentas tertulias radiofónicas... no tengo todavía criterios para mi opinión personal, es entonces cuando decido escuchar la COPE.

Evidentemente antes me preparo para tan titánico trabajo: sesión de yoga y taichi, Valium 10, despedida de mis amigos y familiares más próximos, recitación de mis oraciones. Sólo después de este solemne rito es cuando me siento preparado para sintonizar la cadena episcopal.

Escucho, con la atención que puedo, lo que sus equilibrados y pacíficos gurús dicen del asunto que me preocupa, eso sí cada diez minutos asomo la cabeza a la ventana para coger algo de aire, aguanto todo el tiempo que puedo (40 minutos es mi record personal) y cuando ya no puedo más, apago el receptor, doy dos o tres gritos, me ducho y ya lo veo todo mucho más claro. Mi opinión es la contraria a la de Losantos, Vidal y compañía. Y no es por llevar la contraria, que también, es sobretodo porque cualquier opinión que no coincida con las de dichos periodista es la más ética, humana y cristiana.

Se que es una terapia dura, pero lo bueno es que funciona. Lo malo es que tiene efectos secundarios y aunque acabas con las ideas claras, el día o la noche ya te lo han jodido.