Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

sábado, enero 12, 2008

Kun Agüero es el culpable

Debido a la frustración que genera enamorarse perdidamente de personas con las que con toda seguridad nunca tendrás nada, me propuse hace tiempo, no volver a enamorarme de personas inalcanzables para mí. Aunque a pesar de las dificultades lo iba consiguiendo, he vuelto a caer y de nuevo un futbolista me ha hecho perder la razón. Esta vez Sergio, el Kun, Agüero es el culpable. Después de Cristiano Ronaldo, Iker Casillas, Ricardo Cuaresma, Aitor Ocio, Sergio Ramos, Gustavo López, Vicente y un largo, pero que muy largo etcétera he vuelto a caer rendido ante un as del balón.

Reconozco que desde el primer día que supe de su existencia mi gustó, reconozco que enseguida comencé a buscar
imágenes suyas por la red, pero lo que empezó siendo una afición, se está convirtiendo en una obsesión. Futbolísticamente no lo sigo, dicen que hace que no se eche de menos al niño Torres, otro que me hizo caer, pero cuando el domingo pasado vi la portada del Magazine del Mundo, mi firme propósito se vino abajo.

No es que sea excesivamente guapo, pero tiene los rasgos que me gustan. Ligero toque racial, piel morena y tersa, mirada penetrante, cuerpo justamente definido, piernas impresionante, juventud y energía
desbordante, futbolista y argentino. ¿Cómo me iba a resistí? Sencillamente imposible, si además le sumamos el bonito culo que se insinúa tras sus calzones, mi recaída está más que justificada.

Me hizo volver a soñar... Navegando en busca de información sobre mi nuevo amor Platónico descubrí que tiene novia o a la hija de Maradona. Lástima ¿quién fuera Gianina?

En fin he vuelto a caer y con lo que hay por ahí y mi nula fuerza de voluntad lo volverá hacer. Pero con estos motivos, benditas sean las caídas.