Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

domingo, noviembre 26, 2006

MORIENTES, Otra razón por la que me gusta el fútbol

Aunque soy incapaz de aguantar un partido de fútbol, aunque soy incapaz de distinguir un fuera de juego, aunque no sé lo que significa un 4-3-3. ME GUSTA EL FÚTBOL. Y no por una única razón, sino por muchas. Y Morientes es una de ellas. Creo que es un gran jugador, al menos eso dicen los entendidos y los resultados, pero a la vista de la fotigrafía que acompaña el post no es su técnica ni sus goles lo que más me impresiona de él.

Es uno de los futbolistas más guapos de nuestra liga, es de una belleza discreta pero contundente. Y de vez en cuando nos deja ver algo más que su hermoso rostro. Su torso es impresionante, y aunque cuando se depiló dio mucho que hablar en los foros de internet, a mí personalmente me gusta con y sin vello. Los pelos del pecho le da un aire más masculino, le hacen parecer más accesible, más humano. Depilado nos recuerda un efebo griego, que digo efebo, semidios, héroe mitológico, sus músculos se definen mejor, sus pectorales resaltan más.

Aunque soy madridista, nunca había deseado tanto que el Madrid ganara una competición como cuando ganó la Sexta copa de Europa, sólo hubo un fallo: Fernando no marcó, lástima, había prometido posar desnudo para el Cosmopolitan si hacía diana.

Además de su físico, en las pocas entrevistas que le he oído destila una enorme humanidad, persona sencilla, honesta, un gran luchador y un gran trabajador a favor siempre de su equipo.

De Morientes me gusta todo y es una de esas personas que me gustaría conocer.

Además es una persona muy jugetona, y si no mirad la foto en la que se divierte con Albert Luque, según los rumores uno de los mejores paquetes del fútbol patrio.

¡Ay quién pudiera unirse al juego!