Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

martes, noviembre 27, 2007

EL HORMIGUERO FELIZ

La televisión de hoy en día es bastante mala, tan mala que es un pena que haya tanto que criticar negativamente y que no se dediquen los espacios suficientes a hablar de los programas y profesionales que se salen de la triste norma. "El hormiguero" es uno de esos ejemplos. Siguiendo la estela de "Se lo que hicisteis" los programadores de Cuatro decidieron buscarle un hueco diario a este show y desde luego se lo han encontrado.

A mí personalmente me han fastididado. Todos los días al llegar la hora fatídica me veo obligado a elegir entre "El hormiguero" o "El Intermedio", difícil decisión. Reconozco que hasta hace unas semanas me decantaba más por el Woyaming, pero últimamente mi dedo institivamente busca más el cuatro que el seis, en el desgastado mando.

No es que tenga nada en contra del Intermedio, a pesar de que algunas secciones desde mi punto de vista están perdiendo un poco, por ejemplo "lo que España vota va a misa" (los temas y las opciones cada vez tienen menos gracias), algunas de las compañeras del showman cada día están mejor, por ejemplo Thais Villa o la última china y genial incorporación, también en general las nuevas secciones de la temporada están muy conseguidas, pero a pesar de todo, no sé, hay días que lo que me pide el cuerpo y la mente es otra cosa, hay días que lo que necesito no es mala leche condensada, o fina ironía saturada, hay días que por lo que sea, necesito otra cosa.

Y precisamente eso es lo que me ofrece Pablo Motos, alegría, buen rollo, optimismo, buen humor blanco con alguna mancha negra y sobre todo el ver lo bien que se lo pasan los colaboradores del programa, empezando por el presentandor. Imagino que ellos cobrarán por el trabajo que realizan, pero a veces me pregunto si pagarán, porque desde luego yo he pagado muchas veces por aburrirme soberamente y ellos no sólo se divierten sino que contagian su alegría al público. Las secciones del programa, aunque quizá un poco repetitivas son ocurrentes y muy muy divertidas, los colaboradores eficaces y geniales, en fin "El hormiguero" es un oasis televisivo que cada vez más personas necesitamos y agradecemos.

Pablo Motos, Trancas, Barrancas y compañía durante unos minutos me hacen olvidarme de todo y reirme y disfrutar. Desde la injusta retirada del Informal no había experimentado esto. Que en la actualidad algo o alguien en la televisión contagie buen rollo es de agradecer. Y por supuesto los viernes "los Irrepetibles".

Y para acabar "Vete a dormir, ya no des más el tonstón ......"