Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

jueves, diciembre 06, 2007

¡HORRORRRRRRR! ¡YA ESTÁN AQUÍ!


Aprovechando que tal día como hoy hace 29 años, se aprobaba la Constitución y desde aquel bendito día todos los 6 del 12 son fiesta y aprovechando además el excelente día hace, he salido a pasear por la localidad en la que vivo, y cual ha sido mi sorpresa comprobar con horror que ya están aquí, ya han llegado los infaustos Santa Claus trempantes, pero lo peor no es eso lo peor es lo que todavía queda por venir. Espumillón dorado, guirnaldas recargadísimas, bolitas de todos tamaños y colores, brillantina, mucho color oro y todo, todo, todo muy hortera. Pero sin duda alguna el "number one" de esta orgía de mal gusto se la lleva el Papa Noel escalador.

Hay momentos en los que no se sabe porque, estéticamente hablando, el ser humano saca lo peor di sí mismo, y las "entrañables" Navidades, son uno de esos momentos, en el cual se establece una cruenta (sobretodo para el sufrido espectador) competición de como se puede llegar a ser más hortera. Nadie tiene dudas sobre
lo horterez de una requetepintada, hiperenjoyada, superemplumada "Marujita Diez" "Sara Montiel" o "Paris Hilton" por ejemplo. ¿Por qué entonces no empeñamos en hacer lo mismo con nuestras casas, comercios, centros de trabajo, pueblos y ciudades? Si hablamos de horterez ¿no tenemos bastante con la empalagosa programación navideña que con tanto cuidado preparan las televisiones? ¿será que vestimos nuestros salones para que estén a la altura estética de las mismas?

No entiendo y no quiero o no puedo entender, pero me cuesta admitir que todo a causa de unas fechas todo el mundo pierda, la vergüenza, el sentido del gusto y de la estética, e incluso hasta la cabeza. Me han dicho que por estos adornos hasta se paga, yo siempre pensé que te pagaban por ponerlo o que se trataba de una de esas apuesta tipo ¿a qué no te atreves a poner un horroroso Santa Claus colgando de tu balcón? ¿cuánto te apuestas? Creo que incluso hay gente que en el momento de colocar tan gran afrenta al buen gusto, se dice por dentro pero que original y creativo soy.


Reconozco que no soy muy navideño, antes si lo era, pero cada vez lo soy menos, quizá modas como la del intruso del balcón contribuyan a ello. Desde luego que no es lo único malo de estas fechas, aunque posiblemente si de lo peor. Si por lo menos marcara un culito tipo Fernando Torres de esos que te alegran el día, pero no ni siquiera eso, ¡fofo! ¡lo tiene fofo!

En fin llegan las navidades y todo el mundo hace planes, yo también ¿a dónde huir? y lo que es más importante ¿con quién huir? De momento no encuentro a nadie. ¿Huyes conmigo?

1 Comments:

Blogger Alan said...

Eso por no hablar de las lucecitas de las calles, y de los centros comerciales llenísimos de gente. Dan ganas de huir, sí, a donde sea.

9:40 a. m.

 

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