QUIERO BAMBÚ

Como era de esperar Lenny Kravitz no es lector del blog y por lo tanto no ha respondido a la sincera oferta que desde aquí le lancé; así que otro sueño en un pozo. Pero como soñar es gratis y de momento la SGAE no ha encontrado en el hecho de soñar y de compartir los sueños nada delictivo, yo sigo soñando y compartiendo mis sueños, con no sé quién, por si acaso, algún día los protagonistas de mi sueños se perdieran por el blog y decidieran ser las hadas madrinas que tornan los sueños en realidad.

Y en estos momentos de mi vida lo que me apetece, lo que quiero, es que me den Bambú. Exactamente no sé lo que eso significa, porque por muchas vueltas que le he dado a la canción del gran Bosé, no la acabó de entender. De todas las hipótesis que he hecho, que han sido muchas, la que más me convence por verosimilitud con la realidad es la que afirma que se trata de la historia de una libélula que trabaja en en la embajada española en El Cairo y que debido a una indigestión de fécula se enamora del gato de Adán, pero Alibabá se entera y va a contérselo a Eva pero no puedo porque además de estar planchando tiene la puerta cerrada con llave, así que con una vara de bambú llama a la ventana, pero nada de nada Eva, como siempre a lo suyo...

En cualquier caso lo que me hace desear profundamente Bambú no es la difícil letra de la canción, si no el hecho de que quien da el Bambú, es nada más y nada menos que Ricky Martín. Y de él acepto yo el Bambú, la bamba y lo que haga falta. Y más después de haberlo visto, que digo visto, disfrutado en el especial Papito de TVE. Una de las mejores actuaciones que he visto en mi vida. Simplemente genial, dos genios uniendo su genialidad para mayor disfrute del personal.

Ricky Martín además de ser uno de los hombres más guapos, con mejor cuerpo y más morbo del mundo, es un gran artista, cada día más, crece como cantante y como artista. Lamentablemente, todavía hay muchos prejuicios que le niegan lo que por derecho y por mérito propio le corresponde. Lamentablemente para muchos latino, belleza, cuerpazo, baile... no son compatibles. Pero a pesar de todo eso Ricky Martín nos demuestra que sí.

De su calidad como artista soy testigo y defensor pero lo que de verdad me gustaría es ser testigo directo y presencial de su calidad humana, dicen superior a la artística.
Así que por favor Ricky lee el post y dame bambú... lo necesito... Y si no por lo menos presentame a tu amigo, a ver si él me lo da.

PINCHA AQUÍ PARA DISFRUTAR DE UNA GRAN RICKY CON OTRO GRAN AMIGO