Una mirada personal a las cosas de la vida, desde lo más "trascendente" a lo más mundano, desde lo más carnal a lo más espiritual. Desde lo más "in" hasta lo más "out", desde aquí hasta allí. Lo que cada día me trae, lo que la vida me da o me quita. Desde mis ilusiones hasta mis fobias, desde los sueños hasta la realidad

lunes, junio 16, 2008

ESTA VEZ PERDIÓ EL MALO

La vida en ocasiones nos depara sorpresas, y si normalmente nos tiene acostumbrados al triunfo de los malos sobre los buenos, hoy nos sorprende a todos con un happy-end en el que más que ganar los buenos, pierden los malos, que es lo que en el fondo hace vibrar a la mayoría. La derrota de los malos, malísimos es siempre acogida con regocijo. De esta guisa he vivido yo la sentencia contraria a un tal Losantos. Y no, no es que como dice él y su inexorable compañero de fechorías, un tal Pedrojota, sea un liberticida, no, no es que como el pregona no crea en la libertad de expresión, no.
La libertad de expresión hoy ha salido ganando.
Que el señor que se ha ido cargando poco a poco, abiertamente y sin tapujos, a todos los profesionales de la COPE que no eran de su cuerda, se quiera convertir ahora en adalid de la libertad de expresión es cuanto menos paradójico, cuanto más nauseabundo.

El proceso que el ha querido vender como contrario a la libertad de expresión, ha sido en un proceso contra la desfachatez del que se cree con el poder de insultar, injuriar y calumniar a quien no comulga con las ruedas de molino que cada mañana reparte a siniestro y a diestro que el juzga siniestro. La querella de Gallardón era contra las malas artes, la mentira por la polémica, la polémica por la audiencia y el insulto por el insulto.

A pesar de la sentencia favorable al denunciante alcalde de la Villa, no va a mermar lo más mínimo la libertad de expresión. Es decir mañana, pasado mañana, el mes que viene o al otro quien quiera va a poder seguir haciendo crítica política a Gallardón, Zapatero, Rajoy o quien sea. Federico Jiménez Losantos no es el inventor de la crítica política, antes que él la han hecho muchos, en la actualidad lo siguen haciendo muchos y después de él y a pesar de él se seguirá haciendo. Eso sí con más clase, con más estilo y sobretodo con más argumentos y con menos fines oscurantistas.
La de hoy es una buena noticia, una muy buena noticia, que pone a cada uno en su sitio a Gallardón en el de los justos denunciantes y al de Orihuela en el de los culpables.

Que se preparen ahora los Acebes, Zaplanas y Aguirres que alimentaron al monstruo y por los que se siente ahora traicionado, la dentellada de la bestia herida puede ser letal, y si no que se lo pregunten a don Mariano.

domingo, junio 01, 2008

MI PARTICULAR DÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS

Aunque en su día me declaré objetor y no hice la mili, e pesar de que soy pacifista y nunca me he sentido atraído por ejército, y no tengo ni un ápice de vocación militar, hoy quiero celebrar el día de las Fuerzas Armadas. Ya que de la vida militar hay algunos aspectos que más que gustarme, me provocan mucho morbo.

Los soldados, por supuesto, son el primero. Es pensar en soldados e imaginarme gloriosos cuerpos, curtidos en mil batallas, salpicados de morbosos tatuajes y cicatrices. Hombres duros, machos, valientes, decididos. Me los imagino en las prácticas, en los entrenamientos, el sudor recorriendo sus músculos. y después ese ejercicio comunitario que son las duchas en las que bromean, en las que juegan, se tocan o se golpean. Puedo oler ese aroma a gel y a hombre, ese aroma que embriaga. Puedo escuchar el agua caer y golpear sobre esos cuerpos, oír la voces de camaradería que unos a otros de lanzan. Me imagino como secan sus cuerpos, frotando con fuerza su piel con la toalla, (quien fuera una) , vuelven a jugar y ahora, todavía en pelotas se golpean con la toalla (otra vez quiero ser toalla). Ahora se visten y por su piernas, todavía algo húmedas se colocan los calzoncillos, se colocan el paquete y vuelven a bromear sobre lo que cada uno marca. Ahora es la hora del desodorante, muestran sus masculinas axilas, y aunque poco poética la escena resulta morbosa, tremendamente morbosa. Hombres rapados, que cubren su hermoso cuerpo tan sólo con un calzoncillo que no hace más que aumentar el morbo y el deseo, sus torsos imponentes quedan al descubierto, en sus brazos se marcan los músculos. Esta es sin duda una de las escenas que ha marcado y sigue marcando alguna de mis onanistas noches.

Esta mañana he visto en parte el desfile conmemorativo del día de las FF.AA, no me fijaba en el paso, ni en las armas, me fijaba en los soldados y reconozco que más de uno me ha puesto, aunque eso tampoco es tan difícil, y ha evocado en mí, escenas de duchas y campamentos, de dormitorios con literas y de vigilancias a dúo o a trío. Y después como no he imaginado mi propio desfile que ahora quiero compartir.

Sirva de heterodoxo homenaje, a aquellas personas que entregan su vida por un ideal, y no es broma.